martes, 7 de noviembre de 2017

“THOR. RAGNAROK”. ÉPICA LISÉRGICA.


Tras dos aventuras poco satisfactorias de Thor en solitario y motivados por el éxito de “Guardianes de la Galaxia” y el interés de Chris Hemsworth de potenciar su faceta humorística tras su rol secundario en comedias como “Vacaciones” o “Cazafantasmas”, Marvel ha querido dar un volantazo para la tercera entrega del Dios del Trueno. Con Taiki Waititi, creador de “Los Concords”, al frente de los controles, esta nave pone toda la carne en el asador a la hora de ofrecer una visión alocada, psicodélica, desprejuiciada e irreverente del Universo Marvel. 

La sucesión de gags y chistes, con mayor o menor fortuna, es constante. Sólo Heimdall y Hela, la villana de la función, evitan el tono de trazo grueso de la película e incluso momentos fundamentales y de gran repercusión en el Universo Marvel son punteados rápidamente con una frase o un gag con los que desinflar el componente dramático. Y ahí, en nuestra opinión, está el grave problema de esta película. Sí, “Thor. Ragnarok” cuenta con algunas de las mejores secuencias de acción de las tres entregas del personaje y varios sucesos de la trama van a dejar una huella indeleble en el futuro del personaje y del mismísimo Universo Cinematográfico Marvel; la estética de la película entronca de maravilla con el colorido del cómic o el imaginario de Jack Kirby; y los guiños a los fans del comic son abundantes. Sin embargo, en nuestra opinión, la amenaza del Ragnarok y lo que ello supone para los dioses de Asgard no se merecía este tono desfachatado más propio del Saturday Night Live. 

No estamos en contra de que Marvel apueste por la comedia. El humor ha sido un componente esencial en todas las películas de la franquicia como contrapunto de la acción, no por encima, y mantenemos que la primera entrega de “Guardianes de la Galaxia” supuso un refrescante cambio en una fórmula que ya empezaba a oler a cuerno quemado; sin embargo, forzar un cambio de tono en un personaje ya preestablecido y tomarse a cachondeo lo que, de otra manera, podría haber sido una estupenda película de dimensiones épicas nos ha parecido un error de juicio. 

Como película independiente, no podemos negar que es una cinta muy divertida y que aporta una visión desenfadada de los personajes; sin embargo, no debemos olvidar que todo esto forma parte de un continuo y que las acciones y los cambios de tono que aquí suceden deberán tener continuidad en lo que viene a continuación. ¿Seguirá Thor siendo un personaje paródico en “Avengers: Infinity Wars”?, ¿competirá ahora el Dios del Trueno con Iron Man o con Starlord a ver quién es más chistoso?, ¿pasará ahora todo el Universo Marvel a tener este tono caricaturesco?