miércoles, 15 de mayo de 2013

VUELVE “THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW”. ENTREVISTA A LA AGRUPACIÓN DE TEATRO DE FILOLOGÍA

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“The Rocky Horror Picture Show” es algo más que un musical teatral, más que una película, es una experiencia vital llena de liberación y desenfado, una ruptura con los corsés de la sociedad y una búsqueda de la expresión personal. Es por esto que ha conseguido mantenerse como una de las obras de culto más representadas, donde el fetichismo por los detalles y los gestos la se convierte en una catarsis personal que implica a actores y público. Esta obra tan compleja y mutante en su representación ha sido el último reto al que se ha enfrentado la Agrupación de Teatro de Filología de la Universidad de La Laguna, debutando en el Paraninfo Universitario el pasado mes de marzo y regresando ahora al escenario de Aguere Espacio Cultural, donde contará con dos sesiones este viernes 17 y sábado 18 de mayo a las 20.00.

1. “The Rocky Horror Picture Show” es una película con una larga tradición en los escenarios, especialmente en Estados Unidos, ¿qué animó a la Agrupación de Teatro de Filología a afrontar este reto?

Esta obra ha sido durante algunos años uno de los proyectos pendientes y casi “mítico” de nuestro grupo. Desde que vimos el musical interpretado por Tim Curry descubrimos en su estética pero, especialmente, en su mensaje muchas de las características que han intentado guiar nuestro trabajo estos años: esa libérrima forma de construir una trama tan disparatada, la reivindicación del deseo y el placer como motores de nuestros actos y nuestra vida o la diversión como pieza esencial de nuestra actitud como grupo aficionado.

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2. ¿Qué grado de conocimiento previo había de la película y de la obra entre los miembros de la Agrupación?

Creo que la labor de documentación ha sido una de las partes más laboriosamente divertida de estos meses. Conocíamos la película y habíamos traducido el guión de participación pero gracias a los múltiples vídeos de la red de otros montajes y propuestas escénicas de todo el mundo pudimos acceder a soluciones y relecturas del musical que han sido una fuente importante de inspiración. Pese a que la película sigue siendo la fuente principal de trabajo, el cotejarla con distintas escenificaciones reforzó nuestra idea de que solo desde una libertad personal y creativa se podía evitar la mera imitación.

3. ¿Cómo ha sido el proceso de reparto de personajes? ¿Habéis tenido que luchar contra la mitomanía?

Creo que desde un principio no hubo duda con respecto al reparto. Todos los personajes son tan entrañables, perversos y maravillosos que cada uno de ellos representa una parte de los que los representan: sea cual sea tu personaje, tú tienes una parte de todos. Por eso nadie quedó fuera pues todos tienen algo de Frank o Scott, pero también de Magenta, Columbia, Brad, Janet, Rif-Raf, Rocky, Eddie o simplemente todos somos un poco “frikis”. Evidentemente la mitomanía tuvo una presencia importante en la construcción de personajes pero sería traicionar el espíritu de este musical no ser mitómanos pues es parte esencial del mundo de Frank y del resto (las películas serie b, los actores de cuarta fila, etc.).

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4. ¿Ha sido complicado preparar los elementos de escenificación y vestuario tan particulares que tiene la obra?

Sí, pero afortunadamente el entusiasmo era tal que hasta dificultades casi insuperables se convirtieron en retos cómicos: los zapatos de tacón de números imposibles, los corsés de fantasía o los trajes marcianos, por señalar algunos ejemplos. Para un grupo que ha hecho de la pobreza escénica una seña de identidad (trabajar con ropas negras y con el atrezo básico), este montaje era una superproducción. El equipo de compañeras que lo han hecho posible merecen, en ese sentido, el mayor de los reconocimientos.

5. La obra original juega con la ambigüedad y el exhibicionismo, ¿cómo os habéis desenvuelto a la hora de ensayar y bailar con un atuendo basado principalmente en picardías y zapatos de tacón?

Cuando entiendes que esta obra defiende que no hay límites para la transgresión (de género pero también mental) y estás de acuerdo con ese mensaje subirte a un tacón o enseñar pezones se convierte en parte esencial de las exigencias del guión, como se diría popularmente. No hubo ningún problema en cuanto a mostrar toda esa carga rupturista; por el contrario, fue un acicate para nosotros descubrir que la transgresión tenía casi un carácter terapéutico: creo que son de los ensayos de los que más felices hemos salido a pesar de las tensiones lógicas durante la elaboración.

6. ¿Cómo ha sido el trabajo con el coreógrafo Jesús Caramés?

Extraordinario. Él ha dado el toque de profesionalidad a nuestro montaje. Desde su compromiso como profesional de sacar lo mejor de todos, pese a nuestra inexperiencia en el baile, creó un ambiente de trabajo muy constructivo y entusiasta, y con gran brillantez ha construido coreografías que no traicionan al musical pero que tienen un toque personal que siempre agradeceremos pues refuerza esa libertad creadora con la que abordamos desde el principio la obra. Su trabajo es impagable y de un altísimo nivel. Para nosotros ya es un miembro más del grupo y con su permiso vamos a seguir explotando su creatividad y buen hacer en futuros montajes.

7. La versión teatral incluye una serie de elementos añadidos (los famosos props) que fomentan la interacción del público, ¿es esta versión una representación con arroz, globos, pistolas de agua y papel higiénico? ¿Se acompañará la representación con la proyección simultánea de la película?

Parte del montaje es un homenaje a las generaciones de seguidores de la película (somos legión) y proyectaremos alguna parte (por ejemplo, los títulos de crédito), pero también entendemos que cada versión tiene, casi es una obligación, que hacer su propio “Rocky Horror”, no una mera imitación teatral de la película. Por supuesto, bienvenidos sean los props y nos encantaría que la función sea una fiesta como ocurrió en el Paraninfo la noche de su estreno. Lo que verá el público y en lo que participará es en una fiesta libertina, lenguaraz y transgresora: todos están invitados a ser parte de la noche en la que Frank descubra a su criatura como si fuese no un espectador sino un convencionalista transilvano más…

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8. Como has comentado, la agrupación ya tiene experiencia escenificando esta obra, ¿cómo ha sido la respuesta del público en ocasiones anteriores?

Maravillosa. Las dos veces, en la misma noche, que la representamos sufrimos esa extraña sensación del “subidón” escénico. Tras los problemas que siempre surgen en los días previos (tanto técnicos como de utilería o vestuario), la obra se desarrolló sin problemas, en un clima muy participativo con el público y cantando y bailando todos juntos el “Time Warp” en el patio de butacas. Varias personas vinieron con el atuendo de rigor y sus props y lograron contagiar al público desconocedor de los protocolos frankfurtianos de esa alegría que esta obra produce tanto en el espectador como en quien la levanta en el escenario. En tal sentido, nuestro público mereció un diez.

9. ¿Tenéis previstas más representaciones de la obra? ¿Qué otros retos se plantea para el futuro la Agrupación de Teatro de Filología?

Nos han invitado a participar en un festival de teatro sobre el mes de noviembre pero, por ahora, haremos un receso ya que muchos de los participantes comienzan la etapa de los exámenes (no podemos olvidar que somos un grupo de teatro aficionado) y hay que retomar la dinámica académica. Lo que sí nos ha dejado como lección nuestro “Rocky Horror” es que podemos afrontar cualquier reto si detrás hay camaradería, entusiasmo, compromiso y nos deja también una fuerte convicción: solo desde la libertad y la alegría transgresora se pueden hacer las cosas que valen la pena hacer: “Don´t dream it; be it”.

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