Hacer una película, ya sea un cortometraje o un largo, conlleva un gran esfuerzo a muchos niveles y especialmente cuando no existe un tejido industrial que apoye y potencie la creación cinematográfica. La última década en Canarias ha visto toda una eclosión de cineastas que gracias al formato del cortometraje y los avances de la tecnología digital, han desarrollado una ingente labor; sin embargo, la carencia de medios de distribución y proyección ha limitado el paso final de toda producción cinematográfica, el contacto con el público. Desde el pasado día 7 de febrero los directores canarios ya cuentan en Tenerife con un nuevo lugar de exhibición, el Espacio Cultural Aguere, que cada martes a las 20.30 dedicará una de sus salas para la proyección de trabajos realizados en las islas.
La sesión inaugural estuvo dedicada a Digital 104, un colectivo audiovisual que desde 2005 han estado desarrollando un intenso trabajo creativo. Formado por Eugenia Arteaga, Jonay García, Domingo J. González y Jairo López, este equipo se ha caracterizado por jugar con la experimentación y la depuración del lenguaje audiovisual, al mismo tiempo que se distribuyen entre sí las diferentes labores de creación: escritura, dirección, producción, defendiendo ante todo un desarrollo profesional y artístico del cine en Canarias, pasando poco a poco del rodaje en MiniDv al Video Digital de Alta Definición con copia final en 35 mm. En menos de una década, este colectivo ha conseguido reunir un estimulante conjunto de trabajos, 11 en total, con los que además han saltado las barreras geográficas de las islas, compitiendo y siendo premiados en festivales y concursos de todo el mundo.
Debido a su amplia producción, se optó por dividir en dos partes la exhibición de los cortometrajes, correspondiendo a esta primera cita que tuvo lugar el 7 de febrero a una selección de los primeros trabajos del colectivo. Los títulos escogidos son “Amanece” de Jairo López, “Off” de Domingo González, “Acto Primero” de Jonay García, “Algo que Aprender” de Eugenia Arteaga e “Insecto”, un experimento colectivo. Trabajos más recientes, como “Como Siempre” de Jairo López o “Ridícula” de Domingo González, así como los aún inéditos “El Círculo” de Eugenia Artega y “Veneno” de Jonay García formarán el programa de una segunda sesión que tendrá lugar en la próxima primavera.Los que acudimos a esta primera proyección pudimos disfrutar de una propuesta arriesgada, por su búsqueda de un discurso personal por parte de estos jóvenes cineastas, quienes en trabajos posteriores han revalidado con un criterio y solidez los aciertos obtenidos en estos cortometrajes iniciáticos.
Abrió la muestra “Amanece”, cortometraje realizado en 2006 por Jairo López y que presentaba ya las pautas del tipo de cine al que este colectivo quería aspirar. Se trata de un drama intimista acerca de la relación traumática entre una madre soltera y su padre, con toques de realismo social. La cinta se apoya especialmente en las estupendas interpretaciones de Fátima Hernández y José Luis de Madariaga, quienes abogan por un trabajo de contención, donde los silencios resultan más explícitos que el propio diálogo. La puesta en escena de Jairo López se muestra ambiciosa, aunque todavía inexperta. El cineasta hace un buen uso de los espacios cerrados, jugando con las restricciones de la casa donde viven los personajes, sin embargo, es en las escenas de exterior donde el pulso se muestra más irregular. Como obra primeriza, “Amanece” adolece también de un mayor conservadurismo narrativo, como temeroso de terminar de desprenderse de algunas convenciones, apoyándose en recursos no siempre positivos, como la voz en off, para poder aportar algo de información al espectador que clarifique el conflicto entre los personajes y potencie el clímax dramático. Esto quizás convierta a este corto en uno de los más asequibles para el público general de los realizados por Digital 104, pero también el que más se desvía de su ideario cinematográfico. Las similitudes y diferencias que podemos encontrar entre este primer trabajo y “Ridícula”, el último que hemos podido ver de su filmografía, resultan sintomáticas de la coherencia y la evolución de este colectivo. Existen muchos puntos de confluencia, sin embargo, aquellos aspectos que por impericia o moderación coartaban las posibilidades de “Amanece”, en éste último quedan ya desterradas en un cortometraje mucho más maduro y depurado.
El mismo año de “Amanece”, Digital 104 presentó, “Off” de Domingo González, ofreciendo un cambio radical en todos los aspectos. Partiendo de una estética distópica, con una ambientación aséptica y el juego con el blanco en pantalla, el cortometraje trabaja a diferentes niveles: como drama de lectura social y/o religiosa, comedia de parejas, terror claustrofóbico y experimento metalingüístico y cinéfilo. De nuevo el desarrollo de la trama se sustenta sobre dos únicos personajes, de caracteres discordantes, atrapados en una habitación, espléndidamente interpretados por Javier Martos y Miguel Ángel Granados, existiendo un tercer participante, Off, un demiurgo paternalista e inaccesible al que pone voz Miguel Ángel Rábade. A destacar también la dirección artística de Eugenia Artega y los decorados de René Martín que definen ese espacio esterilizado y claustrofóbico en el que viven los personajes. La puesta en escena de Domingo González apuesta por la simplicidad y el minimalismo, manteniendo siempre una distancia fría y cerebral con respecto a los personajes y las acciones, optando además especialmente por planos fijos que dan a la cámara una posición de observador impasible. “Off” sigue siendo un corto de aprendizaje, donde las ambiciones se mantienen mucho más lejos de los resultados, pero formalmente afianza ese camino emprendido por los integrantes de Digital 104 hacia un cine comprometido con un discurso autoral marcado y definido.
“Acto Primero” (2007) de Jonay García guarda no pocos paralelismos con “Off”, como la unidad de espacio, el reducido grupo de personajes, el juego metalingüístico de la trama o la lectura existencialista que nos ofrece. La principal diferencia radica que la ambientación futurista de la anterior pasa ahora a un escenario teatral, donde un viejo actor se encuentra atrapado en la obra que lleva 15 años representando. Dada la naturaleza del corto, la elección de unos actores de fuertes raíces teatrales era decisiva para el buen desarrollo de los personajes, de ahí que la presencia de un protagonista de la trayectoria de José Hervás enriquezca sobremanera el apartado interpretativo. Lo mismo podemos decir de Soraya G. del Rosario, contrastando con un actor de la experiencia televisiva y cinematográfica de Javier Martos (junto con Miguel Ángel Rábade, uno de los fichajes recurrentes en esta primera etapa de Digital 104).Así este trabajo lleva a cabo un interesante diálogo entre realidad y ficción, empleando la ruptura de la cuarta pared para integrar al espectador en su juego de espejos existencialista. A nivel técnico y de producción, “Acto Primero” supone un nuevo escalón en la evolución. El rodaje en HDV, la fotografía de Luis Adern o el empleo de recursos como una grúa de fabricación casera dan a la puesta en escena una factura más profesional y esmerada.
Podemos decir que “Acto Primero” cerraba una etapa de Digital 104 y que “Algo que Aprender” (2007) de Eugenia Arteaga abría otra nueva. El apoyo del Gobierno de Canarias, el primer largometraje con copia final en 35 mm y la participación de dos actores de cierto estatus a nivel nacional (Pape Monsoriu y Roger Casamajor) avalaban la entrada del colectivo en una nueva liga. El corto además se adentraba en el terreno del erotismo. Hasta ese momento, el tema del sexo había sido tocado de manera tangencial en algunos de sus trabajos anteriores, sin embargo aquí pasaba a marcar el tono de la historia, apoyado además en una serie de ilustraciones realizadas exprofeso por Adrián Miguel Delgado. Aquí el sexo sirve como herramienta de seducción y liberación para el personaje de Casamajor, mientras que para el interpretado por Monsoriu supone la expresión de un trauma anterior. Completa el reparto, una vez más Javier Martos, quien en su pequeña aparición compone un personaje morboso y truculento. La puesta en escena de Arteaga tiene la dificultad de un lenguaje limpio y sencillo, sugerente, evitando ser explícito en cuanto a la representación del sexo, pero también de la trama que quiere contar. Hasta la llegada de “Ridícula” el año pasado, “Algo que Aprender”se alzaba como el trabajo más logrado de Digital 104 y aún hoy se mantiene como su cortometraje más premiado.
La muestra se cerró con “Insecto”, un experimento colectivo, rodado también en 2007, en el que cada miembro del grupo se encargó de dirigir una pequeña pieza, tomando como punto de partida un poema de Leocadio Ortega, poeta palmero que había fallecido ese mismo año. Este tipo de experimentos es habitual en la línea de trabajo de Digital 104, como evidencian otros títulos anteriores como “El Plano” (2006), “Roto” (2006) o “03.27” (2007). Destaca como de un mismo poema saca cada uno de los componentes una lectura y una visualización diferente, pasando del drama intimista a la experimentación audiovisual o probando incluso con las técnicas de animación fotograma a fotograma, demostrando las inquietudes particulares de cada director, pese a su demostrada coherencia artística como colectivo. Sin embargo, si bien no hay que perder de vista lo arriesgado de la propuesta, la valoración global resulta irregular y descompensada, respondiendo más al interés de los cineastas por experimentar con diferentes formatos que por ofrecer un trabajo coherente y cohesionado.
De esta primera etapa nos quedamos principalmente con la notable evolución mostrada por el colectivo en cada uno de sus cortometrajes, así como ese esmero a la hora de definir una línea y una filosofía de trabajo que hasta ahora se ha demostrado eficaz y prolífica. La segunda entrega de esta retrospectiva nos depara dos trabajos, “Como Siempre” de Jairo López y “Ridícula” de Domingo J. González, que han seguido afianzando esta progresión, y el suspense y el interés por sus dos últimas producciones, aún inéditas y en fase de postproducción, “El Círculo” de Eugenia Artega y “Veneno” de Jonay García. Por su parte, el Espacio Cultural Aguere, continua con esta cita con los cineastas canarios con una segunda sesión programada para este martes 14 de febrero, y que estará dedicada al Proyecto Opera Prima Canarias.
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