Uno de los aspectos más destacados de la película “Tamara Drewe” (y merecedor de una entrada independiente en nuestro blog) es la partitura compuesta por Alexandre Desplat. Lento pero seguro, este músico francés que inició su carrera a mediados de los 80, se ha convertido en los últimos 10 años en un referente ineludible de la música para el cine, no sólo por la versatilidad de su trabajo, sino también por su capacidad para enlazar varias películas cada año (aparte de “Tamara Drewe”, este año se ha encargado de componer la música de “El Escritor”, la tv movie “La Relación Especial”, “El Discurso del Rey” y “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Parte I”, todas ellas especialmente demandantes en lo referente a su partitura). Esto le permite trabajar tanto en Estados Unidos (“El Curioso Caso de Benjamin Button”) como en Europa (“Coco. De la Rebeldía a la Leyenda de Chanel”), en pequeñas producciones (“Un Profeta”, “El Ejército del Crimen”) y en grandes blockbusters (“Julie y Julia”, “Luna Nueva”), con pequeñas formaciones orquestales (“Fantástico Sr. Fox”) o con grandes orquestas sinfónicas (“La Brújula Dorada”). Si bien su fuerte es sobre todo el apartado melódico de sus partituras (“Deseo, Peligro”), Desplat sabe desenvolverse perfectamente ante trabajos más incidentales que requieren una gran masa orquestal (“Firewall”).
La relación del compositor con el director Stephen Frears se inició en 2006 con “La Reina”. Hasta ese momento, el cineasta estaba acostumbrado al toque exquisitamente británico de George Fenton, quien también hubiese sido una buena apuesta para la cinta sobre Isabel II. La elección de un compositor francés para un trabajo tan específicamente localizado dentro de la historia y la cultura británica pudo resultar chocante en un principio, pero Desplat salió triunfal del desafío con una impecable partitura capaz de adentrarse en el tono intimista de la historia sin desatender una cierta sonoridad imperialista a la hora de hacer referencia a la institución monárquica. A continuación, en 2009, compuso “Cheri”, donde el tono más cómico de la historia le permitió ofrecer una partitura más juguetona y pizpireta, jugando con ciertas estructuras clasicistas, que, pese a las distancias de tono, mantenía una coherencia estilística con la composición anterior.
Para “Tamara Drewe”, Desplat ha desarrollado una partitura colorida, con cierto toque jazzístico, que busca enfatizar dos aspectos fundamentales. En primer lugar el carácter de su personaje principal con una melodía llamativa, intrigante y seductora (perfectamente representado en el tema que abre la película, “Opening Titles”) y por otro el ambiente bucólico y proclive al enredo sentimental y sexual (“Mushrooms”, “Spring”). Como hemos comentado en nuestra crítica a la película, Frears evita profundizar en los temas que apuntan sus personajes principales, por lo que Desplat ha aprovechado la ocasión para ofrecernos un juego musical, una partitura que no busca tomarse en serio a sí misma, sino todo lo contrario, transmitir al espectador (o al oyente, si nos referimos a la edición discográfica) emociones joviales e idílicas. Eso sí, el músico se reserva también algunos momentos más sosegados e intimistas, sobre todo para referirse al personaje de Beth Hardiment (“Beth’s Monologue”).
En definitiva, nos encontramos con un trabajo vibrante y lleno de vitalidad, una vez más perfectamente acorde con las otras partituras del compositor para Stephen Frears (e incluso con otro título con música de Alexandre Desplat de este 2010, “La Relación Especial”, donde no está el director de “La Reina”, pero sí su protagonista, Michael Sheen, quien repite el papel de Tony Blair, y su guionista, Peter Morgan). Esto lo convierte en una composición modesta pero deliciosa, disfrutable tanto como acompañamiento para las imágenes de la película, como en su escucha aislada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario