Para bien o para mal, “Loca Academia de Policía” marcó una época de la comedia estadounidense a mediados de los 80, convirtiéndose en una de las series más prolíficas del Hollywood de la época, así como la inspiradora de multitud de títulos de características similares. Esta semana nos llegaba la noticia del fallecimiento de Bubba Smith, exjugador de fútbol americano y popular estrella cinematográfica gracias a su papel de Moses Hightower en esta franquicia. La pérdida de este artista nos lleva a recordar la película que le lanzó al estrellato internacional.
Woody Allen aparte, la comedia estadounidense de los años 80 se caracterizó por un conjunto de películas de trazo grueso y talante paródico que encontraba sus orígenes en la televisión, pero que también triunfaban en la gran pantalla. Ésta fue la época de esplendor del “Saturday Night Live”, que proporcionó al cine importantes estrellas como Dan Aykroyd, Bill Murray, John Belushi, Chevy Chase, Steve Martin o Eddie Murphy, entre otros. Surgidas de ahí, pero alcanzando inmediatamente una dimensión propia, estaban las cintas ambientadas en ámbitos educativos y formativos, tipo “Desmadre a la Americana”, “Porky’s” o “La Rebelión de los Novatos”, donde personajes adolescentes se rebelaban contra las restrictivas normas del instituto o la universidad. Los 80 fueron también la década dorada de la ZAZ (Zucker, Abrams y Zucker) con sus spoof movies tipo “Aterriza como Puedas”, “Top Secret” y la serie televisiva “Police Squad” que una década más tarde fecundaría en las gran pantalla la trilogía de “Aterriza como Puedas”. Es entre todos estos referentes que podemos situar a las aventuras de esta pandilla de policías ineptos liderados por el caradura Carey Mahoney.
Por improbable que parezca, lo cierto es que la inspiración de la película está basada en un hecho real, el anuncio por parte del Ayuntamiento de Nueva York a principios de la década de los 80 de abrir el baremo de selección de la policía, para facilitar la incorporación al cuerpo de nuevos reclutas. Esta noticia llevó al productor y guionista Paul Maslansky a imaginarse a toda una pandilla de inadaptados entrando en las fuerzas de la ley y el desbarajuste que esto ocasionaría. A partir de ahí el argumento original fue desarrollado por Pat Proft (colaborador habitual de la ZAZ), sumándose posteriormente Hugh Wilson en la escritura del libreto. Wilson, un guionista forjado en el terreno de la televisión, aceptó con la condición de encargarse también de la dirección de la película, debutando de esta manera en la gran pantalla.
Wilson fue el encargado de marcar las pautas en la primera entrega, desentendiéndose en las sucesivas secuelas, donde la carga subversiva inicial fue desinflándose de manera paulatina hasta adoptar un tono más infantil. Tras “Loca Academia de Policía”, Wilson continuó su carrera como director con resultados irregulares. Títulos como “La Ratera” (con Whoopie Goldberg), “Tess y su Guardaespaldas”, “Buscando a Eva” o “Dudley de la Montaña” a penas se acercaron al impacto de su debut tras la cámara, contando con un único éxito más en su carrera, la cinta “El Club de las Primeras Esposas”, protagonizada por Goldie Hawn, Bette Midler y Diane Keaton en 1996.
La principal carga cómica de la película se basaba no sólo en la presentación de un conjunto heterogéneo de personajes, a cada cual más peculiar y calamitoso, sino sobre todo en la explosiva combinación de todos juntos. Eso no quita para que cada personaje no cuente con momentos de lucimiento personal, aunque su triunfo realmente llegue cuando aprendan a integrarse en el grupo. De ahí que, en el fondo, más que un canto al individualismo, la película se nos presente como un elogio al trabajo en equipo para superar las barreras que nos plantea la sociedad. Ya desde la primera película se estableció una estructura predeterminada, donde en los dos primeros tercios de cinta se presentaban a los personajes y se recreaban en sus torpezas y peculiaridades, para en el clímax final darle la vuelta a la tortilla y demostrar que pese a sus idiosincrasias, estos policías podían ser, a su modo, tan efectivos o más que sus compañeros. En la primera película su participación en unos disturbios urbanos sirve para que nuestros antihéroes se definan como verdaderos agentes de policía. En sucesivas secuelas, este apartado final irá incrementándose y exagerándose hasta límites surrealistas e inverosímiles.
Si bien como decimos, “Loca Academia de Policía” es una cinta coral, si podemos destacar como personaje principal a Carey Mahoney, un vividor, inmaduro y bromista, cuyo destino a la Academia de Policía para evitar la cárcel sirve de punto de partida para la película. Mahoney viene a representar a un sector de la sociedad estadounidense receloso de las fuerzas de autoridad por herencia de los conflictos sociales de la década anterior, pero desencantado de su carácter contestatario y demasiado vago para apuntarse al capitalismo feroz implantado por la cultura yuppie (un precedente casi inmediato de todo esto sería el Bill Murray de “El Pelotón Chiflado”). Mahoney llega a la Academia con el único interés de desarticular todo desde dentro para así conseguir que le expulsen. Su capacidad de liderazgo enseguida le sitúa al frente de la pandilla de inadaptados, inmediatamente seducidos por su carácter subversivo y socarrón. Para dar vida a este carismático personaje hacía falta un actor de físico atractivo, pero también capaz de encarnar el carácter al mismo tiempo inocente y guasón del personaje. Tras barajarse nombres como Bruce Willis, Tom Hanks, Michael Keaton y Judge Reinhold (el atontado detective Billy Rosewood de “Superdetective en Holywood”), el papel cayó en manos de Steve Guttenberg, quien lo interpretó en cuatro películas. Tras pasarse por películas como “Los Niños del Brasil” de Franklyn J. Schaffner o “Diner” de Barry Levinson, Guttenberg alcanzó la fama gracias a este personaje, conociendo un periodo de bonanza gracias a películas como “Coccoon”, “Cortocircuito” o “Tres Hombres y un Bebé”; sin embargo, a llegar la década de los 90, su estrella empezó a decaer, manteniéndose hasta la fecha gracias a la televisión y películas de bajo presupuesto.
La mano derecha de Mahoney es Larvell Jones, un joven delincuente al que conoce en comisaría estando los dos detenidos y que se caracteriza por su habilidad para imitar todo tipo de sonidos. Jones comparte el carácter guasón e irreverente de Mahoney, convirtiendo al Capitán Harris en el objeto de sus bromas y chanzas. En secuelas posteriores, el personaje asumió también ciertas habilidades en artes marciales, que sumadas a los sonidos que imitaba se convirtieron en sus principales armas contra el crimen. Curiosamente, este personaje no existía en las primeras versiones del guión. Fue introducido tardíamente después de que el director Hugh Wilson descubriera al actor que lo encarnaba, Michael Winslow, como telonero de una actuación del músico Count Basie. Winslow se hizo increíblemente popular gracias a su participación en la película y el personaje de Jones pasó a ser uno de los más aplaudidos por el público, hasta el punto de que ha sido uno de los imprescindibles de la franquicia, participando no sólo en las 7 películas de la serie, sino también en la serie de animación que se emitió entre 1997 y 1998.
Si Jones y Mahoney encarnaban el sector liberal y desenfadado de la sociedad estadounidense, la faceta más conservadora y belicosa del país quedó reflejada en el adusto Eugene Tackleberry, una mala bestia obsesionada con las armas de alto calibre hasta niveles psicopatológicos. Pese a encontrarse en el espectro ideológico opuesto con respecto a Mahoney y compañía, Tackleberry acaba integrándose al equipo, participando también en algunas de las bromas contra los superiores. A lo largo de las diferentes películas, su paso por el cuerpo de policía le permitirá integrarse en la sociedad de manera más o menos efectiva, sin renunciar por ello a su placer por las armas, llegando incluso a formar su propia familia (Tackleberry es de los pocos personajes que llegamos a conocer también en su ámbito privado). Como sus anteriores compañeros de reparto, David Graf alcanzó una cierta notoriedad como actor gracias a este personaje, aunque eso también le costó el encasillamiento. Además de su paso por “Loca Academia de Policía”, su carrera se nutrió principalmente gracias a la televisión, donde participó en series como “Un Médico Precoz”, “Seinfeld”, “Un Chapuzas en Casa”, “Picket Fences”, “Sigue Soñando” o “Lois y Clark. Las Nuevas Aventuras de Superman”. Falleció el 7 de abril de 2001, a pocos días de cumplir los 51 años de un ataque al corazón.
Moses Hightower ofrece una curiosa dicotomía entre su apariencia física y su carácter. Su físico alto, robusto y de gran fuerza contrasta con su personalidad dócil, inocente e introvertida. Hightower es como un gran danés manso, su apariencia impresiona, pero por regla general su comportamiento es pacífico y tranquilo. Sólo hace uso de la violencia para defenderse, y especialmente para proteger a sus amigos, especialmente a la apocada Hooks. Este papel parecía escrito a la medida (nunca mejor dicho) de Bubba Smith, estrella del deporte, quien tras finalizar su carrera deportiva se recicló como actor, debutando en la pequeña pantalla en 1978 con un papel en la serie “Wonder Woman”. Tras una amplia experiencia en televisión, le llegó la popularidad en el cine gracias a Hightower, y al igual que Michael Wilson, fue uno de los pocos actores que no sólo participó en casi todas las películas (a excepción de “Loca Academia de Policía 7: Misión en Moscú”), sino que también prestó su voz para la serie de animación. Falleció el pasado miércoles 3 de agosto a la edad de 66 años.
Menudita, aparentemente frágil y de voz tímida, casi inaudible (según la actriz, Marion Ramsey, inspirada en la voz de Michael Jackson), en las situaciones extremas Laverne Hooks se convierte en una mujer de armas tomar, algo que en la primera entrega no veremos hasta el clímax final, pero que posteriormente se convertirá en un recurso habitual del personaje. Entre ella y Hightower se crea una relación especial y el gigantón pasa a convertirse en su protector ante los abusos e insultos de Blankes y Copeland . “Loca Academia de Policía” supuso prácticamente el debut en el cine de Marion Ramsey, quien sólo había tenido un par de apariciones puntuales en televisión hasta entonces. Entre 1984 y 1989 estuvo plenamente dedicada a esta franquicia, aunque si bien no regresó en la última entrega, “Loca Academia de Policía 7: Misión en Moscú”. Tras el cierre de la franquicia, regresó a la televisión, donde pudimos verla en series como “McGyver”, “Sensación de Vivir”, “La Niñera”, o más recientemente “Robot Chiken”, donde prestó su voz a la parodia que se hizo de la Sargento Hooks.
Como todo buen héroe de una película, Mahoney necesita de un interés amoroso que reafirme su posición de macho alfa del pelotón de reclutas. En la primera entrega, ese papel fue desempeñado por Karen Thompson, una chica procedente de buena familia, atractiva, pero dispuesta a demostrar que también podía ser independiente y resolutiva. Como es habitual en este tipo de películas, antes de darse cuenta de que ser policía no es tan mala idea al fin y al cabo, es el flirteo romántico con Thomson lo que motivará a Mahoney a permanecer en la Academia. Por otro lado, con ella los guionistas intentaron romper un poco el molde de “dama en apuros” y chica florero, mostrándola como una mujer de carácter que no se deja mangonear por los personajes masculinos (aunque durante el clímax final Mahoney tenga que ejercer de héroe e ir a su rescate cuando queda atrapada entre el fuego cruzado de las revueltas). Este papel estuvo interpretado por Kim Catrall, actriz habituada a personajes de fuerte personalidad y carácter, como demostró durante los 80 en títulos como “Maniquí”, “Golpe en la Pequeña China” o “Star Trek VI. Aquel País Desconocido”, pero sobre todo a finales de los 90 con su papel de Samantha en “Sexo en Nueva York”. Kim Catrall no repitió en secuelas posteriores de la serie, quedando el puesto de interés amoroso de Mahoney ocupado en películas sucesivas por actrices como la Miss Universo 1980 Shawn Weatherly (en “Loca Academia de Policía 3”) y Sharon Stone (en “Loca Academia de Policía 4”).
Todo reparto coral de estas características que se precie necesita un gafe oficial y en este caso esa era la función de Douglas Fackler. De apariencia tranquila y serena, aunque un tanto despistado, Fackler ya da la nota nada más llegar a la Academia bajo la prohibición de su mujer, quien intenta evitar que se enrole subiéndose al capo del coche y aterrizando en la rotonda de entrada. Esta misma escena fue parodiada en la tercera entrega pero en el sentido inverso, cuando es ella la que ingresa como nueva recluta. Fackler fue un personaje intermitente de la serie, participando en las tres primeras entregas, pero no regresando hasta la sexta. En estas cuatro ocasiones estuvo interpretado por Bruce Mahler, quien procedía del reparto del show televisivo “Fridays” (una variante del “Saturday Night Live”, también con sketches y actuaciones en vivo). Posteriormente participó de manera no acreditada en películas como “Dick Tracy”, “Hook”, “La Tormenta Perfecta” o “Scary Movie”, regresando de manera puntual a la pequeña pantalla gracias a su personaje del Rabino Glickman en la serie “Seinfeld”.
Si bien tampoco repitió en secuelas posteriores, Leslie Barbara se presentaba como uno de los personajes principales. Gordo, afeminado y asustadizo, entra en el cuerpo para vengarse de los matones que le hacen la vida imposible. Pese a sus características, acaba integrándose bien en el equipo, protagonizando algunos lucidos gags junto con Tackleberry y Hightower. El actor encargado de interpretarlo fue Donovan Scott, un actor procedente de la televisión, territorio al que regresó tras el éxito de la película y donde ha permanecido desde entonces.
Otro personaje efímero de la serie fue Jorge Martin (o George Martin), el latin lover del grupo quien se dedica a pasearse todas las noches por el pabellón femenino hasta que se topa con las agresivas glándulas mamarias de la Sargento Callahan. Este personaje hace uso de los clichés habituales adjudicados a los latinos, hasta que confiesa ser verdaderamente anglosajón y que la impostación no es más que un truco para incentivar su vida sexual. El actor encargado de interpretarlo fue Andrew Rubin, también formado en la pequeña pantalla (con series de corte policial como “Las Calles de San Francisco”, “Los Hombres de Harrelson” o “Serpico”) y de cuya filmografía sólo podemos destacar su presencia en la cinta “El Truhán y su Prenda”, protagonizada por Walter Matthau, Julie Andrews y Tony Curtis.
Frente a este escuadrón de inadaptados encontrábamos también a la pareja de reclutas formada por Kyle Blankes y Chad Copeland, dos pelotas de corte fascistoide que busca imponerse al resto de sus compañeros ayudando al Teniente Harris a deshacerse de ellos. Al final su actitud lo único que logrará será ponerles en evidencia en más de una ocasión (son de los primeros visitantes del famoso local “La Ostra Azul”) y unir más al grupo frente a sus abusos e insultos. Para estos papeles se escogió a los actores Brant Von Hoffman y Scott Thomson. El primero se convirtió en un actor habitual en el cine de Hugh Wilson, apareciendo en títulos como “Tess y su Guardaespaldas”, “Dudley de la Montaña” y, sin acreditar, en “Buscando a Eva”. Además participó durante una temporada en “Los Vigilantes de la Playa”. Hoffman y su personaje de Kyle Blankes regresaron a la serie en “Loca Academia de Policía 3”. Por su parte, Scott Thomson ha paseado su rostro de perdedor nato por diferentes películas (“Aquel Excitante Curso”, “Ghoulies”, “Mr. Jones” o “Jack Frost”) y series de televisión (“T.J. Hooker”, “Star Trek. La Nueva Generación”, “Parker Lewis Nunca Pierde”, y más recientemente, “Big Love”, “Entre Fantasmas” o “True Blood”), siempre en papeles menores, sin embargo su personaje de Chad Copeland llegó a sumar una entrega más en la serie que su compañero, apareciendo también en “Loca Academia de Policía 4”.
La tradición cinematográfica de duros instructores, ya sea en la policía o en el ejército es larga y repleta de interpretaciones memorables, pero ningún listado estaría completo sin la presencia del Teniente Harris de “Loca Academia de Policía”. Este personaje pasó a convertirse en el villano de la primera entrega, con el firme propósito de conseguir expulsar de la Academia a toda esa panda de vagos y delincuentes que aspiraban a entrar en el cuerpo de policía, especialmente Carey Mahoney. Para ello Harris hará uso de todos los medios que estén en su mano, como reclutar a Blankes y Copeland para que le hagan el trabajo sucio. Por otro lado, Harris se convertirá en el centro de todas las bromas y burlas de los protagonistas, un papel que compartirá en el resto de la serie con el Capitán Mauser (Art Metano), aunque éste nunca llegará a eclipsar al original, apareciendo única mente en la segunda y tercera entrega. Lo que si compartieron ambos fue ayudante, el mentecato Sargento Proctor (Lance Kinsey), que debutó a las órdenes de Mauser en “Loca Academia de Policía 2”, para mantenerse de manera continuada en la serie hasta la sexta película. El papel del Teniente Harris estuvo interpretado en todas sus apariciones por G.W. Bailey, otro ejemplo de actor procedente de la televisión, quien ya previamente había logrado fama gracias a su papel del Sargento Rizzo en la serie “M.A.S.H.”. Dos años después de “Loca Academia de Policía” volvió a vérselas con Steve Guttenberg en “Cortocircuito” y con Kim Catrall en “Maniquí”. En los últimos años ha destacado por su papel del Detective Porvenza en la serie televisiva “The Closer”.
En esta primera entrega, el equipo instructor se complete con la Sargento Callahan, una exuberante mujer policía a quien la herencia del apellido del mismísimo Harry el Sucio no se le queda grande. Estricta y de rostro impasible, en un primer momento Callahan parece ser un importante escollo a superar por los reclutas, sin embargo al final, y tras dar muestra de que bajo esa expresión impenetrable se encuentra una dinamo sexual (para regocijo de Jorge Martin), acaba convirtiéndose en una aliada. En secuelas sucesivas, Callahan pasará a formar parte del grupo, destacando siempre por su carácter seco y militar y su entallado uniforme. La combinación de este personaje con Tuckleberry en las secuelas será explosiva en algunas entregas. Para este papel se necesitaba a una actriz que no sólo diera la talla de sujetador, sino que también resultara creíble en esa faceta marcial del personaje. Eso se logró gracias a la labor de Leslie Easterbrook. Surgida de series como “Fantasy Island”, “Laverne y Shirley” o “Vacaciones en el Mar” (donde apareció en dos episodios en temporadas diferentes interpretando distintos personajes), fue también uno de los rostros permanentes de la franquicia, ausentándose sólo en “Loca Academia de Policía 2”, pero prestando también su voz para la serie de animación. Fuera de su papel de Callahan, la hemos podido ver en series televisivas como “Los Vigilantes de la Playa”, “Se ha Escrito un Crimen” o “Diagnóstico Asesinato”. Ha sido también un rostro habitual en el cine de Rob Zombie, participando en películas como “Los Renegados del Diablo” o “Halloween. El Origen”.
Uno de los personajes más queridos de la serie fue el Comandante Eric Lassard, director de la Academia y apasionado de los peces de colores, siempre al límite entre la senilidad y la genialidad. Las capacidades de Lassard debido a su edad son siempre puestas en duda y su puesto es ansiado por Harris, quien se ve como su director sucesor, dispuesto a reconducir el centro con una mayor disciplina. El personaje del Comandante se convierte en el mejor apoyo de los aspirantes a reclutas ya que lejos de juzgarles por su apariencia física o su estrafalaria forma de ser, Lassard les acoge desde el principio como parte de una extensa familia donde él es el afable patriarca. De esta manera se gana el respecto y el apoyo de Mahoney y compañía, quienes en todo momento no sólo le guardarán un especial cariño, sino que además velarán en todo momento para que se mantenga en su puesto de director de la Academia. De nuevo para este papel hacía falta un actor característico, capaz de jugar con esta ambivalencia del personaje, capaz de pasar de una idiotez supina a la más sardónica de las actuaciones. George Gaynes es un actor de la vieja escuela. Nacido en 1917, siempre ha confesado que su principal referente como intérprete es el maravilloso cómico francés Jacques Tati, en cuyos personajes cinematográficos podemos encontrar muchas características de Eric Lassard. Durante los años 60 Gaynes participó en algunas de las principales series de la historia de la televisión estadounidense, como “La Hora de Alfred Hitchcock”, “Bonanza”, “Misión Imposible”, “Hawai 5.0”, “Los Héroes de Logan” u “Hombre Rico, Hombre Pobre”. Su porte de galán le reportó una amplia trayectoria dramática (en cine le veríamos como secundario en películas como “Tal como Éramos” o “Viaje Alucinante al Fondo de la Mente”), algo que sin duda le sirvió de gran ayuda al pasarse al género de la comedia. Ya en los 80, antes de alistarse en “Loca Academia de Policía” le veríamos en papeles cómicos en “Cliente Muerto no Paga”, “Tootsie” y “Soy o No Soy”. Junto con Lassard, su papel más popular fue el de Henry Warnimont en la serie televisiva “Punky Brewster”, alternando al final de su carrera papeles dramáticos (“Vania en la Calle 42”, “El Crisol”) y paródicos (“Cortina de Humo”, “Recién Casados”).
Junto a todos estos personajes, uno de los elementos fundamentales para el éxito del a cinta y sus sucesivas secuelas fue la exuberante música de Robert Folk. Este excelente compositor, menospreciado en la industria, creó una exultante fanfarria que resumía a la perfección el carácter bufonesco de la película, pero también la heroicidad de los protagonistas. Siguiendo la estela del Elmer Bernstein de “Aterriza como Puedas”, Folk no quiso que su partitura fuera abiertamente cómica, sino todo lo contrario, sopesada y dramática, válida también para una película de acción, dejando que fuera lo estrambótico de los personajes y la imagen lo que aportara el tono cómico a la música (un ejemplo de esto es la versión del tango compuesto por Jean Claude Ganem para la escena de “La Ostra Azul”, consiguiendo con una breve referencia darle el contrapunto perfecto al gag, convirtiéndose también en un elemento recurrente y esperado en todas las secuelas). Esto hace que la música sea eficaz en los momentos de humor, pero también que no tenga que cambiar el tono cuando los protagonistas entran en acción y hay que ponerse un poco más serios. Minusvalorada por el corte humorístico y bufonesco de la película, la partitura de Folk es un trabajo muy logrado, una composición compacta, repleta de melodías y leitmotivs que acompaña musicalmente a la acción enfatizándola allí donde debe actuar, pero sin querer en ningún momento robarles el chiste a los actores. El compositor se mantuvo fiel a la serie en todas sus secuelas, demostrando siempre una gran profesionalidad, aunque, a partir de la segunda película y debido en gran parte a la popularización del tema principal, lo que encontráramos fuera más bien una reiteración de las líneas maestras de la primea entrega.
La sobreexplotación de las aventuras de estos patosos policías hizo que el nivel de la serie decayera de manera espectacular en cada nueva aventura, hasta llegar a niveles de auténtica vergüenza ajena en las últimas entregas. Eso ha afectado también negativamente a la consideración que hoy en día se tiene de la cinta de Hugh Wilson, sin embargo, sin querer etiquetarla de obra maestra, ni mucho menos, si es de recibo reconocerle un cierto valor icónico dentro de la comedia realizada dentro de la década de los 80. No sólo es uno de los principales ejemplos de la línea humorística imperante en el cine rodado por la industria de Hollywood en estas fechas, también fue la inauguradora de una larga lista de películas anexas que buscaban imitarla con el fin de obtener su mismo éxito. En los últimos años, en este fervor de resucitar todos los éxitos procedentes de la década de los 70 y los 80, se ha venido hablando de la posibilidad de una nueva entrega de “Loca Academia de Policía”, intentando además reunir a gran parte del reparto inicial. En 2007 se estuvo cerca de conseguirlo, pero el proyecto quedó paralizado. Ahora, con la pérdida de Bubba Smith, sumada al ya desaparecido David Graf, esto se vuelve más complicado.
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