1. INTRODUCCIÓN
A la industria del cine siempre le ha gustado escenificar escenarios de robos perfectos, por regla general realizados por un grupo de profesionales aparentemente bien organizados y sujetos a un plan minucioso e infalible hasta que, en ocasiones, algún aspecto externo inesperado (las rencillas, las desconfianzas, o la ambición desmedida) lo acaban truncando todo.
2. TRES TÍTULOS DE REFERENCIA
Un primer ejemplo de esto lo podemos encontrar en la cinta de 1946 “Forajidos”, adaptación de un relato corto de Ernest Hemingway a cargo de Robert Siodmark, con unos jovencitos Burt Lancanster y Ava Gardner. En ella un pobre ingenuo participa en un robo y acaba seducido por una femme fatale que lo lleva a un camino de perdición y muerte. Sin embargo, la cinta que marcó las pautas de este subgénero de atracos perfectos fue el clásico de John Huston de 1950 “La Jungla de Asfalto”. Esa reunión de perdedores en busca de un cambio en su suerte le sirve al director para dejar otra muestra cinematográfica de la corrupción y la podredumbre de la sociedad. Junto con “La Jungla de Asfalto”, el otro gran título sobre este tema a imitar por cientos de películas posteriores ha sido la cinta de Stanley Kubrick, “Atraco Perfecto” (1956), todo un ejemplo de planificación y vigor narrativo que ayudó a cimentar la reputación de este cineasta. De nuevo nos encontramos con un equipo de ladrones cuidadosamente escogidos para llevar a cabo un asalto a un hipódromo, aunque después las cosas no salen de igual manera que sobre el papel.
3. UN ELEGANTE TOQUE DE COMEDIA
Frente al tono dramático de los dos ejemplos anteriores, podemos encontrar una serie de películas que prefieren coger lo absurdo de algunos de estos atracos perfectos para generar sofisticadas comedias. 
Como muestra de esto tenemos, tres películas producidas por la compañía británica Ealling que apostaban por ese tono satírico y mordaz, propio del humor inglés. La primera fue “Oro en Barras” (1951), donde dos empleados de un banco se alían para robar un cargamento de oro, fundiéndolo y transformándolo en estatuillas de la torre Eiffel, lo que produce cierta confusión y parte del botín cae en manos de un grupo de colegialas británicas. La segunda fue “El quinteto de la Muerte” (1955), otra deliciosa comedia negra en la que un grupo de desalmados tienen en mente el robo perfecto, pero para ello tendrán que enfrentarse a una inocente y angelical ancianita. La tercera película fue “Atraco Imperfecto”, producida algunos años más tarde, en 1965, y cuyo título en español hace referencia al clásico de Stanley Kubrick. Su argumento sigue las andanzas de un trío de ladrones absolutamente torpes, quienes tras salir de la cárcel se disponen a recuperar su botín escondido bajo un árbol, encontrándose ante el conflicto de que en ese mismo lugar se encuentra ahora una comisaría de policía.
Frank Sinatra y su grupo del rat pack se aliaron en 1960 para llevar a cabo “La Cuadrilla de los Once”, una comedia de estafa y robo perfecto, en la que un grupo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial deciden robar cinco casinos de Las Vegas en una única noche. El éxito de esta película produjo que el grupo de artistas volviera a reunirse, además de en sus habituales actuaciones musicales, en otras películas como “Tres Sargentos” (1962) o “Cuatro Gangsters de Chicago” (1964). Por su parte, Peter O’Toole y Audrey Hepburn formaban una pareja de ensueño en “Cómo robar un Millón” (1966), deliciosa comedia de William Wyler, en la que la hija de un falsificador y un detective que se hace pasar por ladrón de guante blanco entran en un museo a robar una reproducción de la Venus de Cellini para evitar que se descubra que es falsa. Para llevar a cabo el robo estos dos inexpertos ladrones llevarán a cabo un plan absolutamente estrafalario.
También el cine español se apuntó a la moda de los atracos perfectos, y en 1962 el director José María Forqué dirigió en “Atraco a las Tres”, protagonizada por un plantel de verdadero lujo (José Luis López Vázquez, Cassen, Gracita Morales, Manuel Alexandre, Alfredo Landa,o Agustín González). Aquí un grupo de trabajadores de un banco deciden aliarse para robar la empresa en la que trabajan, con la mala suerte de que la noche en que realizan el atraco son visitados por ladrones reales.
4. LA REVOLUCIÓN DE LOS 70
La industria del cine norteamericana marcó el cambio hacia un tipo de cine de autor y contestario con la cinta de 1967 “Bonnie & Clyde”, donde los legendarios atracadores de bancos que durante los años de la depresión se convertían en héroes para aquellos que sufrían el acoso de los bancos. Su director Arthur Penn, utilizó a los dos criminales para establecer un discurso contra los abusos de poder y el fascismo de las fuerzas del orden, al mismo tiempo que ponía en la pantalla una pareja para la posteridad, Warren Beatty y Faye Dunaway.
No siempre los atracos perfecto viene de manos de un equipo organizado, también podemos encontrar ladrones solitarios, como el multimillonario Thomas Crown, interpretado por Steve McQueen en 1968 en la cinta de Norman Jewison “El Caso de Thomas Crown”. McQueen estaba acompañado por Faye Dunaway, quien, tras su papel en “Bonnie & Clyde”, gozaba ya de un status de sex symbol cinematográfico. Thomas Crown es un excéntrico magnate, aburrido en su vida de placeres banales, que, para dar emoción a su vida, planea un robo perfecto.
Regresando al esquema básico de un equipo de ladrones, cada uno con una habilidad específica, encontramos en 1969 “Un Trabajo en Italia”, protagonizada por Michael Caine y un Benny Hill anterior al boom de su show televisivo. La película narraba la planificación y ejecución de un minucioso golpe preparado por una banda de ladrones para robar un cargamento de oro en las calles de Turín, creando un gigantesco embotellamiento de tráfico. Esta secuencia final estaba caracterizada por la presencia de un grupo de minis que eran utilizados por los ladrones en su huida, suponiendo el éxito de la película un importante empuje promocional para este modelo automovilístico.
Un director como Sam Peckinpah acostumbrado a historias de camaradería masculina no podía faltar en este subgénero, dirigiendo en 1972 otra de las obras maestras del cine de atracos, “La Huida”. Aquí repite también Steve McQueen, quien interpreta a un ladrón que acaba de salir de la cárcel y se ve obligado a participar en un robo donde los recelos y las traiciones están a la orden del día. La explosiva relación del actor con su partenaire, Ali MacGraw, traspasó la pantalla, despertando las iras del marido de la actriz, el productor Robert Evans.
Un año antes de formar equipo con Paul Newman en “El Golpe”, Robert Redford se alió con George Segal para robar una piedra preciosa llamada el Diamante del Sahara del Museo de Nueva York en la cinta de 1972 “Un diamante al Rojo Vivo”. Aquí, pese a los buenos esfuerzos de todo el equipo, la mala suerte les acompaña, generando algunas situaciones realmente cómicas y francamente desastrosas.
Otro título fundamental lo podemos encontrar en la cinta de 1974 de Joseph Sargent “Pelham 1 2 3”, con unos magníficos Walter Matthau y Robert Shaw, en los papeles de policía del metro y el líder de los atracadores, respectivamente. La película supo sumergirse en el bullicio de las calles de Nueva York, aportando a la historia un tono más realista, y aportó al género un final realmente antológico.
El mismo año de “Pelham 1 2 3” debutó en la gran pantalla un director llamado a dejar huella en la historia del cine, Michael Cimino, y lo hizo con una cinta de atracos a mayor gloria de su estrella protagonista, Clint Eastwood. La película, “Un botín de 500.000 $”, todo un ejemplo de fuerza narrativa, dio a conocer al actor Jeff Bridges. En esta ocasión el grupo de atracadores tenía como objetivo el aparentemente impenetrable Banco de Montana.
En 1975 Sidney Lumet dirigió a Al Pacino y a John Cazale en “Tarde de Perros”, una historia de atraco frustrado, en la que un delincuente novato toma una central de un banco con el fin de obtener el dinero que necesita su pareja para hacerse un cambio de sexo. La cinta ofrecía un magnífico trabajo por parte de Pacino, y supuso una de las últimas apariciones de Cazale (actor de breve pero sólida filmografía: “El Padrino”, “La Conversación”, “El Padrino, parte II”, “El Cazador”) en la gran pantalla antes de fallecer víctima de un cáncer el 12 de marzo de 1978.
5. RETORNO AL PASADO
En las últimas dos décadas, el cine ha revisitado de manera frecuente este subgénero, pero por regla general partiendo de planteamientos e ideas procedentes del pasado. Remakes, readaptaciones literarias, o simplemente cintas inspiradas en tramas y estéticas del pasado han marcado la pauta.
Sidney Lumet regresó al género en 1988 con “Negocios de Familia”, película acerca de tres generaciones de una familia marcada por el delito. El abuelo (al que daba vida Sean Connery) era un ladrón de larga trayectoria y orgulloso de serlo, el padre (interpretado por Dustin Hoffmann) un hombre que siempre ha procurado ganare la vida de manera honrada, y el nieto (un Matthew Broderick que ya empezaba a dejar atrás los papeles de adolescente que le dieron la fama) un joven que se deja seducir por ese mundo romántico de los relatos de su abuelo.
En 1992 un joven director llamado Quentin Tarantino tomó el esquema de las películas de atracos perfectos para proponer su debut como realizador con “Reservoir Dogs”, una cinta contada de manera fragmentada y apoyada en un impactante reparto de actores, algunos conocidos veteranos como Harvey Keitel, otros futuras promesas como Steve Buscemi, Tim Roth o Michael Madsen.
En 1994, Alec Baldwin y su, por aquel entonces, esposa, Kim Basinger, intentaron emular a Steve McQueen y Ali MacGraw, en un remake de “La Huida”. La nueva versión incrementaba el nivel de explicitud sexual (que no de carga sexual), y buscaba ser más fiel a la novela de Jim Thompson, pero en ningún momento llegaba a acercarse ni someramente a la maestría de Sam Peckinpah.
Dos de los mejores actores del cine norteamericano de los últimos 40 años, Robert DeNiro y Al Pacino, encabezaron juntos los créditos de una película por segunda vez en su carrera con la cinta de Michael Mann “Heat” (la primera fue “El Padrino, parte II”). Aquí un veterano atracador y un detective comparten el desencanto existencial por la vida que les ha tocado vivir, viéndose reflejados el uno en el otro a pesar de estar a ambos lados de la ley. La película ha pasado a convertirse en un clásico moderno, gracias entre otras cosas a una impactante escena de asalto a un coche blindado en plena calle y al sueño cinéfilo de ver a esos dos extraordinarios actores cara a cara en la secuencia de la cafetería.
Otro prometedor cineasta debutante, Bryan Singer, impactó a las audiencias en 1995 con su película “Sospechosos Habituales”. Aquí un grupo de criminales coinciden en una rueda de reconocimiento, agrupándose para llevar a cabo un importante robo. A la sombra se encontraba también la misteriosa figura del criminal Kayser Soze dispuesto a utilizarlos y tomar venganza de cada uno de ellos. Uno de los aspectos más llamativos de la película era su potente reparto, formado por Kevin Spacey, Chazz Palminteri, Benicio del Toro, Gabriel Byrne, y Stephen Baldwin.
En la línea de Quentin Tarantino en Estados Unidos, el cine británico presentó en 1998 a su propio l’enfant terrible, Guy Ritchie, con la cinta “Lock & Stock”. Esta película de estética moderna retomaba el esquema de grupo de fracasados que se ven forzados a llevar a cabo un robo para poder pagar las deudas que han contraído con un peligroso mafioso. Como es habitual, el destino tomará cartas en esta partida y una vez más las cosas no saldrán como los protagonistas tenían planeado. La filmografía de Ritchie incluye otros títulos posteriores con “Cerdos y Diamantes” o “Rocknrolla” cuya historia gira también alrededor de diferentes robos que no salen como estaba previsto.
Tras el éxito de “Heat”, Robert DeNiro volvió a ponerse en la piel de un criminal, esta vez mercenario, en “Ronin”, cinta dirigida por el veterano John Frankenheimer en 1998 y coprotagonizada por Jean Reno, Sean Bean, Natasha McElhone y Stellan Skargard, con un libreto escrito por el dramaturgo David Mamet. Aquí la excusa es una extraña maleta de misterioso contenido que el equipo deberá robar. A parte de la elaborada escena del atraco, la cinta destacó por sus impresionantes secuencias de persecución automovilísticas.
George Clooney demostró su habilidad para interpretar a un ladrón ingenioso y seductor en “Un Romance muy Peligroso”, dirigida por Steven Soderbergh. Aquí más que el atraco en sí, el nudo de la cinta se basa en la relación de fuerte carga sexual establecida entre el protagonista y el personaje interpretado por Jennifer López, una agente del FBI secuestrada por Clooney, quien antes de huir se quedará prendada del criminal.
Pierce Brosnan retomaba el papel de Steve McQueen en “El Caso de Thomas Crown” en el remake de 1999, dirigido por John McTiernan. El papel de Faye Dunaway (quien hace un pequeño cameo en la cinta como la psicoanalista de Crown) era interpretado en esta ocasión por Rene Russo, quien aportaba una madura sensualidad al personaje. En esta ocasión Crown en lugar de buscar un banco optaba por robar un cuadro de Monet del Museo de Nueva York.
En el año 2000 Woody Allen ofreció también otra variante humorística de los atracos perfectos en su película “Granujas de Medio Pelo”, donde un grupo de lerdos atracadores se dispone a robar un banco, alquilando el edificio contiguo y abriendo una tienda de repostería como tapadera, mientras se dedican a excavar un agujero en la pared que les separa de la caja fuerte. Al final el atraco será un fracaso, pero la tienda se convierte en todo un éxito gracias a una receta especial de galletas.
Después del éxito de “Ronin”, David Mamet escribió y dirigió “El Último Golpe”, otro ejemplo de plan meticulosamente ideado por un grupo de ladrones interpretados por actores del peso de Gene Hackman o Danny DeVito. El pulso de Mamet como director no sería tan firme como el de John Frankenheimer, pero el resultado fue también notable.
DeNiro se volvió a ponerse una vez más al otro lado de la ley en “The Score. Un Golpe Maestro”, esta vez acompañado por dos compañeros de lujo, Marlon Brando y Edward Norton. Estos actores de diferentes generaciones encarnaban a tres criminales de métodos diferentes que se alían y se traicionan con el fin de lograr quedarse con el botín. Tras la cámara, el especialista en comedias Frank Oz (“In & Out”), quien sufrió múltiples humillaciones por parte de un Marlon Brando que no le consideraba el director adecuado para la película.
En 2001 Steven Soderbergh se inspiró en “La Cuadrilla de los Once” para rodar “Ocean’s Eleven”, cinta a mayor gloria de George Clooney (quien se reencontraba así con su director de “Un Romance muy Peligroso”) y Brad Pitt, cuyo éxito a su vez generó dos secuelas más. En esta ocasión, los once de Ocean buscan robar un importante casino de Las Vegas, como parte de un plan de su líder para recuperar a su exmujer, interpretada por Julia Roberts.
Seguimos con remakes, y en este caso en 2003 le tocó el turno a “Un Trabajo en Italia”, protagonizada en esta ocasión por Mark Walbergh y Charlize Theron. Esta nueva versión volvería a dar protagonismo a los minis, aprovechando la reaparición de la marca con un modelo renovado. La cinta sería también un éxito y desde entonces se lleva rumoreando una segunda parte, que cada vez está más lejos de hacerse realidad.
La variante europea de “Heat” o “Ronin” fue la película francesa “Asuntos Pendientes”, dirigida por Olivier Marchal y protagonizada por Gerad Depardieu y Daniel Auteuil. Estos dos veteranos actores interpretaban a dos jefes de brigada enfrentados que luchan por detener a una peligrosa banda de atacadores de bancos. En esta ocasión los recelos y los enfrentamientos no tendrán lugar en el seno de la banda criminal, sino en las fuerzas del orden.
Desde Argentina, Fabien Bielinsky y Ricardo Darín, quienes ya habían colaborado en “Nueve Reinas”, nos presentaron en 2005 “El Aura”, protagonizada por un gris personaje obsesionado con idear el robo perfecto y que tras un violento accidente se encuentra con la posibilidad de llevar a cabo aquello con lo que lleva fantaseando toda su vida.
Acostumbrado a un tipo de cine de carácter social, con denuncia principalmente de la discriminación racial en Estados Unidos, Spike Lee se atrevió en 2006 con una cinta de género como era “Plan Oculto”. Fiel a sus ideas, Lee presentó a un grupo de atracadores con conciencia social, que atacan a un veterano simpatizante de los nazis y se cuestionan la influencia de la violencia de los videojuegos en la juventud.
En 2007 encontramos otra propuesta del director Sidney Lumet, “Antes de que el Diablo Sepa que Has Muerto”, cinta de atracos y enfrentamientos familiares protagonizada por Ethan Hawke, Phillip Seymour Hoffman y Albert Finney que nos devolvió el mejor pulso de este singular cineasta.
Inédita en nuestro país se mantiene “The Bank Job”, puro cine de género dirigido por Roger Donaldson, con Jason Statham y Saffron Burrows en los papeles principales. Esta cinta se basa en hechos reales, concretamente en un famoso robo en el Loyd´s Bank londinense en 1971 que jamás logró aclararse debido a que entre el botín que se llevaron los atracadores se encontraba una serie de pruebas que incriminaban a un miembro de la familia real británica.
Recientemente el director Tony Scott presentó también el remake de “Pelham 1 2 3”, ahora pasado por el tamiz de la tecnología y con Denzel Washington y John Travolta en los papeles principales. La cinta prescindía del acercamiento global de la original, y prefería centrarse en el duelo interpretativo entre estos dos actores. El resultado quedó lejos de la cinta de Sargent, pero sí servía como entretenimiento pasajero para las nuevas generaciones.
Ese mismo año el director Michael Mann regresó al entorno criminal con “Enemigos Públicos”, donde, siguiendo la línea de “Bonnie & Clyde”, llevó a la pantalla la figura de John Dillinger, uno de los más afamados y aplaudidos atracadores de los años 30, quien supo encandilar al público a través de sus espectaculares robos y los medios de comunicación. Johnnie Depp bordó su interpretación de Dillinger, al mismo tiempo que se enfrentaba a un lacónico Christian Bale, como el agente del FBI Melvin Purvis.
La última cinta que nos ha llegado dentro de este subgénero cinematográfico ha sido “Blindado”, reunión de un destacado grupo de actores encabezados por Matt Dillon, Laurence Fishburne y Jean Reno que interpretan a un grupo de guardias de seguridad que planean robar su propio cargamento y fingir que han sido asaltados en el trayecto para distraer la atención de la policía. La cinta obtuvo unos resultados discretos, pero ha servido para que su director, Nimród Antal, dé el salto a proyectos más comerciales, como la nueva película de “Depredador”.
6. CONCLUSIÓN
Como hemos podido ver éste ha sido un género fructífero, y lo seguirá siendo, ya que como público nos fascinan estas historias de personajes perdedores, traiciones, suculentos botines y planes intrincados, cuya principal función es coger al espectador desprevenido y sorprenderle con giros inesperados.
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